Como, además,en dos de los tres grupos que fueron a la visita, se daban algunas actitudes de exclusión a algún alumno por sus capacidades, o por su físico, me animé a plantear un ejercicio en el que, de una parte, se trabajase la Plástica, de otro, el lenguaje creativo,la ironía y, en todo caso, el respeto a la tolerancia, y el sentido del humor, lo que algunos llaman la competencia emocional. Y el aprender a pensar, esa vital asignatura siempre pendiente...
Algunos de los ejemplos de nuestras fantásticas bufonadas:
Podéis ver más AQUÍ.
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