Como maestra de música exiliada en primaria me encuentro con el corazón partido. Por un lado, agradeces la tutoria porque te abre la mente y las perspectivas a otros campos. Por otro, no puedo evitar echar de menos la música en mi día a día escolar.
Pero siendo de música no he podido evitar durante estos años encajarla dentro de mi tutoría de diversas maneras. Y finalmente decidí hace ya tres años iniciar en mi centro, el CPEB Príncipe Felipe, las clases extraescolares de Actividades Musicales, dentro del Plan de Apertura de Centros. Porque no es que yo buscara la música, es que la música me buscaba a mi.
Este año he tenido un grupo muy variopinto, 16 alumn@s de entre 6 y 11 años. Todos ellos muy distintos y con intereses muy diversos. Un@s se apuntan por el baile, otros por el cante, y otros no saben muy bien por qué. Durante el tiempo que hemos compartido hemos cantado, bailado, saltado, jugado con la música que es, en definitiva, para lo que nos reunimos.
La idea del acompañamiento de música pregrabada con instrumentos ni es nueva ni es idea mía. Pero todos cogemos actividades y las personalizamos, las hacemos nuestras. Yo os voy a contar cómo lo hicimos. En un principio, realizamos diferentes juegos en eco con percusiones corporales, no siendo siempre yo la que lo inicie, sino dejando la puerta abierta a que ellos mismos les propongan ejercicios a sus compañeros. Una vez que hemos practicado con los cuatro planos corporales, nos animamos con diferentes instrumentos de percusión indeterminada, repitiendo algunos de los esquemas realizados y planteando otros nuevos. Aprovechamos para trabajar el compás, que se hace así de un modo tan sencillo e intuitivo. En este aprendizaje no podía faltar una de mis y sus canciones preferidas para esto, We will rock you de Queen. Es un recurso probablemente manido, pero que siempre funciona porque la conocen y tiene un ritmo muy marcado y fácil de seguir.
Luego probamos con Ryhanna y su canción Only girl . Es una cantante que, para mi gusto, tiene una música muy útil en el aula por lo rítmica y conocida. Y llegamos finalmente a una de las canciones del momento, que todos ellos conocen y que, por alguna razón, les hace moverse en cuanto la escuchan, Scream & Shout de Will I am (componente de Black Eyed Peas) y Britney Spears.
Divido al alumnado en 4 grupos, teniendo en cuenta las capacidades de cada uno: cascabeles y anillas, panderos, claves y maracas. Practicamos cuatro ritmos sencillos, siendo probablemente el más complicado el de las maracas que entra en el último tiempo del compás y, por eso, asignado a las dos alumnas con más sentido del ritmo (y también de las más pequeñas). Una vez que hemos practicado los ritmos por separado hacemos diferentes juegos de pregunta respuesta entre ellos, y les enseño los gestos de entrada y cierre para que sepan qué hacer en cada momento. Y, siendo como somos de valientes, hacemos una única interpretación que es la que podéis escuchar en el podcast:
He aquí el resultado. Por supuesto que si lo hubiéramos practicado durante varios días habríamos grabado algo más perfecto, pero resulta que no buscamos la perfección, sino pasar un buen rato disfrutando de la música y haciendo música. Como decía Shakespeare "Procurando lo mejor a menudo estropeamos lo que está bien". Y recordemos que no todo tiene que ser música clásica.
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