Hoy ha venido a nuestra clase, nuestro profesor de apoyo D. Antonio Rodríguez Espinosa a contarnos cosas de los bonsais, un arte que él cultiva desde hace un tiempo.
Nos ha traído uno de los suyos, que sembró, y que ya tiene dos años de vida. La originalidad de este bonsai es que es un granado, árbol característico de nuestra tierra, y que ya tiene frutos: unas preciosas granadas penden de sus armoniosas y minúsculas ramas.
La historia de estos árboles es ancestral, como nos ha estado contando D. Antonio, y tiene raíces muy profundas en la China, donde
según los historiadores se encuentran los primeros ejemplos ilustrados
de la integración del bonsái como parte de la vida cotidiana.
Los primeros bonsáis fueron descubiertos en la misma naturaleza. Su
misticismo comenzó cuando los chinos comenzaron a distinguir formas de
animales en sus torcidos troncos. Desde dragones y serpientes, hasta
conejos. Atribuyéndole falsos poderes mágicos debido a la fantástica
forma de sus troncos. Entonces se volvió una práctica popular sacarlos
de su hábitat natural y resembrarlos en macetas como objetos de belleza y
suerte.
Aunque la historia comenzó en China,
fueron los japoneses los que refinaron las técnicas de su cultivo y
llevaron a otro nivel el prestigio de estos diminutos árboles. En un
principio, sólo las clases privilegiadas del Japón tenían acceso a los
misterios del bonsái. Pero con el tiempo pasaron a ser parte de la
cultura popular. Y como sucede con las cosas hermosas, eventualmente el
bonsái llegó a Occidente a través de muchos viajeros. Inclusive,
fueron objeto de curiosa admiración en las ferias mundiales a fines del
siglo diecinueve.
Diseño digital
El Jardín de los bonsais
También hacemos nuestros propio bonsais artificiales.
Proceso:
- Visualizamos diferentes modelos de bonsais.
- Comprendemos la estética de una jardín japonés, y hablamos de la filosofía zen.
- Traemos una piedra a clase, que se pueda mantener firmemente.
- Modelamos con plastilinas de colores el tronco, dándole la forma más parecida a la textura de la madera, y a la silueta de los bonsais.
- Le ponemos hojitas de plástico que hemos aportado entre todos.
- Cuando nuestro bonsai está acabado, le damos una mano de cola blanca para endurecerlo,
y ahora ¡Creamos nuestro jardín de los bonsais!
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